La economia circular del agua.
El concepto de la economía circular tiene muchas variantes y un rico conjunto de antecedentes históricos basados en la investigación de la ecología industrial. En Strategies for Manufacturing, que se identifica como el inicio de la ecología industrial, Robert Frosch y Nicholas Gallopolous (1989) realizaron una comparación de los ecosistemas industriales con los ecosistemas biológicos. El conjunto de ideas basado en una analogía biológica en diversos grados y formas ha sido examinado de muchas maneras. Entre ellas se encuentran las Cuatro Leyes de la Ecología de Commoner.
Pero dicho de mejor forma podemos decir que la economía circular es un concepto económico que se interrelaciona con la sostenibilidad, y cuyo objetivo es que el valor de los productos, los materiales y los recursos, se mantenga en la economía durante el mayor tiempo posible, y se reduzca al mínimo la generación de residuos.
Se trata de implementar una nueva economía circular, en lugar de lineal, basada en el principio de "cerrar el ciclo de vida" de los productos, los servicios, los residuos, los materiales, el agua y la energía.
Aspectos.
La economía circular es la intersección de los aspectos ambientales y económicos de los procesos productivos.
El sistema lineal de nuestra economía (extracción, fabricación, utilización y eliminación) ha alcanzado sus límites. Empieza a vislumbrarse, en efecto, el agotamiento de una serie de recursos naturales y de los combustibles fósiles. Por lo tanto, la economía circular propone un nuevo modelo de sociedad que utilice y optimice los stocks y flujos de materiales, energía y residuos, y cuyo objetivo es la eficiencia en el uso de los recursos.
En un contexto de escasez y fluctuación de los costes de las materias primas, la economía circular contribuye a la seguridad del suministro y a la reindustrialización del territorio nacional.
Los residuos de unos se convierten en recursos para otros. El producto debe ser diseñado para ser desmantelado al final de su primera vida.
La economía circular logra convertir nuestros residuos en materias primas, paradigma de un sistema de futuro.
Finalmente, la economía circular es generadora de empleo. El sector de la gestión de los residuos representa en España miles de puestos de trabajo, sin que ni siquiera se vislumbre su techo. Este sistema es intrínsecamente un sistema generador de empleo local no transferible, dado que su implementación efectiva pasa por aproximar.
Beneficios.
El desarrollo de la economía circular debería ayudar a disminuir el uso de los recursos, a reducir la producción de residuos y a limitar el consumo de energía. Debe participar igualmente en la reorientación productiva de los países.
En efecto, además de los beneficios ambientales, esta actividad emergente es creadora de riqueza y empleo (incluyendo las del ámbito de la economía social) en todo el conjunto del territorio y su desarrollo debe permitir obtener una ventaja competitiva en el contexto de la globalización.
Actualmente es la principal estrategia de Europa para generar crecimiento y empleo, con el respaldo del Parlamento Europeo y el Consejo Europeo. Esta iniciativa emblemática ofrece un marco de medidas a largo plazo y, de manera coherente, otras a medio plazo entre las cuales ya está identificada una estrategia destinada a convertir a la UE en una "economía circular" basada en una sociedad del reciclado a fin de reducir la producción de residuos y utilizarlos como recursos.
El agua, ejemplo de circularidad.
El agua es en muchos sentidos un ejemplo de circularidad. Durante los últimos 3.800 millones de años, el agua de la Tierra, 1.400millones de km3, ha circulado continuamente a través de las muchas etapas y procesos del ciclo hidrológico impulsada por la energía del sol. En los últimos cien años, apenas un instante en el tiempo planetario, las actividades humanas han comenzado a interrumpir esta circularidad bien ajustada arriesgando tanto nuestra prosperidad futura, como la salud del planeta.
En muchas áreas del mundo este reto no se está cumpliendo suficientemente, lo que lleva a una multiplicidad de oportunidades perdidas e impactos negativos. Estas consecuencias inevitablemente se hacen más graves a medida que se reduce el nivel de desarrollo económico.
Efectivamente, son los países menos desarrollados los que sufren las consecuencias más extremas de la falta de gestión de los recursos hídricos. En muchos países africanos las personas deben caminar durante muchas horas cada día para recoger agua de fuentes que a menudo están contaminadas. Esta tarea suele recaer en las mujeres, que son más vulnerables a la violencia, o en los niños, que entonces comprometen su educación. El agua de mala calidad provoca enfermedades. Peor aún, según la ONU las enfermedades del agua o por el agua causan la muerte de más de 3,4 millones de personas al año, la mayoría niños menores de cinco años.
La experiencia en un proyecto en la comunidad otomí de Amialco en México, en el que colaboramos, demostró que la implementación de un sistema de gestión circular simple - recolecta de agua, depuración y reutilización en huerto de las aguas grises, baños secos y compostaje de las heces para uso agrícola- en la unidad familiar, en un lugar árido, con apenas agua potable disponible, reducía en un 90% los problemas de salud, y casi doblaba, con el conjunto de efectos de la intervención, la renta familiar. Los múltiples ejemplos en el primer mundo son menos dramáticos en lo personal y más determinantes en lo planetario.
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